Lo que no sabemos de la minería de hoy.
1. La minería en cabecera de cuenca deja a los pueblos sin agua
• Cualquier mina, por ley, tiene que garantizar la misma cantidad de agua que los usuarios tenían antes de que exista. Una mina con responsabilidad social se preocupará por cosechar más agua para sus vecinos.
2. La mina contamina
• Las leyes y regulaciones han cambiado drásticamente. En el Perú el Estado protege el equilibrio ambiental. Una mina moderna hace más: en vez de evitar los pasivos ambientales (mitigación), pone a sus técnicos para generar, más bien, activos ambientales (reservorios, laboratorios de experimentación agropecuaria, nuevas tecnologías para el monitoreo ecológico, etcétera).
3. Los mineros evitan la participación de la gente
• Es imposible que un proyecto minero se inicie sin la aprobación del EIA por parte del ministerio. En el EIA son imprescindibles las actividades de participación ciudadana. Una empresa comprometida con su sociedad hace más: visita caseríos, dialoga con los dirigentes populares, distribuye materiales de información, entre otros.
4. Los EIA están arreglados desde el comienzo
• Una vez aprobado el Estudio de Impacto Ambiental, se convierte en un conjunto de parámetros que obligan a las empresas a una gestión adecuada, tanto en el terreno social como en el ambiental. Un EIA no puede ofrecer menos que el marco regulatorio de nuestro país.
5. La minería empobrece a la gente
• La pobreza es un problema que el Estado debe enfrentar. La renta minera genera recursos públicos para esto. Sin embargo, una empresa consciente de este gran reto invierte en programas sociales que mejoren las condiciones de vida de sus vecinos. Y puede ir más allá, impulsando proyectos de fortalecimiento institucional.
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